Instituto Ecuatoriano de Economía Política

Ecuador del Futuro: Perspectivas desde los modelos económicos

21/10/2016

Por: Miguel Ángel Echarte Fernández.

Profesor de la Universidad Estatal de Milagro.

Dentro de pocos meses se producirán las elecciones en Ecuador y los ciudadanos tendrán que optar entre distintos modelos de desarrollo económico y social. América Latina está en un proceso de cambios políticos de gran importancia que van a marcar las pautas de crecimiento para las próximas décadas. Por una parte, las elecciones de finales de 2015 en Argentina han supuesto un giro en las expectativas económicas (eliminación del cepo cambiario, acuerdo con los holdouts y fijación de metas inflacionarias por parte del banco central). En Venezuela se produjeron unas elecciones que llevaron a la oposición a controlar la Asamblea Nacional y está prevista la convocatoria de un referéndum contra el presidente Nicolás Maduro en un entorno caótico de elevada inflación, controles de precios y desabastecimiento de recursos. El impeachment realizado contra Dilma Rousseff en Brasil también nos muestra cómo se empieza a tomar conciencia de que la corrupción política es una lacra para el desarrollo institucional de los países. Muchos países de la región tuvieron altos índices de crecimiento económico amparados por los elevados precios de las materias primas (petróleo, cobre, soja, etc.) y esto produjo una gran expansión del gasto público que en ocasiones se utilizó para mejorar las infraestructuras (carreteras, hospitales, etc.) pero que también permitió crear una gran burocracia y una centralización de las actividades por parte de los respectivos gobiernos. La caída de los precios de las materias primas desde el año 2013 ha puesto de manifiesto que el crecimiento económico que experimentó América Latina no era sostenible ya que no estaba basado en los fundamentos de una economía libre, a saber, seguridad jurídica, fomento del ahorro y la inversión, apertura comercial y estabilidad monetaria.

Un factor que ha beneficiado a Ecuador durante los últimos dieciséis años es su sistema monetario basado en el dólar. Es más que probable que si se hubiera llegado a la actual crisis con autonomía monetaria el gobierno habría recurrido a ajustar a la baja el tipo de cambio, devaluando la moneda y posponiendo las necesarias reformas que necesita Ecuador. La relevancia de las próximas elecciones se basa en que no sólo se elige a un nuevo presidente del gobierno, como ocurre en todas las elecciones presidencialistas, sino que se tiene que elegir entre dos modelos económicos muy diferentes. Por un lado, el modelo actual basado en las restricciones al comercio exterior (aranceles, salvaguardias, etc.), las continuas reformas fiscales con la inseguridad jurídica que conllevan y el gasto público como principal herramienta de “crecimiento económico”.

Este modelo no es sostenible en una economía muy dependiente del petróleo y poco diversificada. La transformación de la matriz productiva del país es muy necesaria pero el gobierno no puede conocer cuáles son las líneas de inversión más adecuadas como muestra el fracaso de todos los intentos de planificación central a lo largo de la historia. El Ecuador del futuro tiene que promover el libre comercio con las naciones para beneficiarnos de la división internacional del trabajo. Para ello sería necesario orientarnos hacia la Alianza del Pacífico, un proceso de integración que busca fortalecer los vínculos con las economías asiáticas. El Mercosur, grupo al que actualmente pertenece Ecuador, tiene una visión muy proteccionista del comercio que dificulta el desarrollo productivo del país. Uno de los factores que hacen poco competitiva a la economía ecuatoriana son los altos costes de producción y gran parte de ellos se deben a los elevados impuestos y al encarecimiento de los insumos de producción como consecuencias de los aranceles de importación. Es necesario revertir estas políticas cuanto antes para mejorar la competitividad de las empresas y la inversión productiva en el país. La innovación y la productividad se consiguen en un entorno de libre competencia tratando de satisfacer las necesidades de los consumidores y no generando “mercados cautivos”. El fracaso de las políticas de sustitución de importaciones durante los años cincuenta y sesenta es un ejemplo de ello.

Las próximas elecciones son por tanto muy relevantes de cara al futuro del Ecuador en la medida en que se presentan alternativas de gobierno muy distintas y los ciudadanos tendrán que elegir entre un modelo más socialista (Venezuela, Bolivia, etc.) u otro más orientado hacia el mercado libre (Chile, Perú, etc.). Las consecuencias del rumbo que tomará Ecuador serán de gran importancia para los ecuatorianos.

Autor Miguel Ángel Echarte Fernández

Miguel Ángel Echarte Fernández es Licenciado en Administración y dirección de empresas por la Universidad de Granada, Máster en banca por la Escuela Superior de Negocios de Andalucía y Máster en economía de la escuela austríaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En España trabajó en una entidad financiera. Posteriormente, en 2012, en plena crisis económica en España, llegó a Ecuador a trabajar como docente en la Universidad del sur de Manabí y actualmente trabaja como docente en la Universidad de Milagro. Sus investigaciones están relacionadas con la dolarización en América Latina y la economía liberal. 

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